Facebook y Twitter son las redes sociales más utilizadas como estrategia de venta por las empresas en la práctica del conocido como Social Commerce, una derivación del comercio electrónico que se sirve del feedback social y las contribuciones de los usuarios para mejorar la experiencia de compra en línea.
La influencia de las opiniones y los comentarios en los diferentes procesos de compra se ha incrementado en los últimos años, hasta el punto de que muy diversos productos no se adquieren en estos momentos sin haber visualizado antes su correspondiente review. Todo ello por no hablar de que el debate sobre los servicios de una determinada empresa se trasladan de la web a las redes sociales. Estos movimientos se deben, fundamentalmente, a que los usuarios prefieren guiarse por las sugerencias de su entorno más cercano.
Redes sociales como estrategia de venta con Social Commerce
Las redes sociales han demostrado que promocionar algo durante un período de tiempo determinado en forma de compra grupal o de manera más exclusiva por medio de los conocidos pop-up stores ha sido de utilidad para ayudar a las marcas a reforzar las relaciones con sus respectivos clientes.
Junto a estos dos principios fundamentales, se destacaría la personalización como otro de los grandes pilares del Social Commerce. En este sentido, ya no es suficiente con acercar un catálogo ilimitado a los usuarios, los cuales valoran cada vez más la rapidez y que no disponen de tiempo suficiente para emprender la búsqueda correspondiente. De esta forma, las empresas deberían presentar sus propuestas más relevantes a sus clientes, basándose en todo momento en su perfil y en sus «Me gusta».
El Social Commerce se podría definir como el comercio basado en acciones de marketing desarrolladas en el terreno de las redes sociales, abarcando todas y cada una de las fases del proceso de compra. Se incluyen muy diversas alternativas como adquisiciones sociales, compras en grupo, aplicaciones móviles, tiendas integradas en redes sociales o características sociales hacia el proceso de compra.
Redes como Facebook, Twitter, YouTube o Pinterest abren un amplio campo de beneficios en aras de potenciar los negocios en línea con esta modalidad de comercio. Además de utilizarse como centro primario de Atención al Cliente, el Social Commerce ofrece otras muchas ventajas potenciales para tu empresa. Entre otras cosas, es capaz de incrementar el volumen de tráfico, mejorar de manera notable las tasas de conversión y aumentar el valor medio de los pedidos.
Al mismo tiempo, el proporciona a las empresas una nueva oportunidad de crear ingresos por el contenido distribuido a través de las redes sociales y así diversificar los canales de compra. Todo ello por no hablar de que se crean reseñas de los productos de manera mucho más natural. Estudios realizados en España confirman que 4 de cada 10 tiendas online incorporan alguna función social.
El éxito del Social Commerce se debe en buena medida a la posibilidad de crear espacios interactivos que permitirán un mayor acercamiento entre los usuarios y sus marcas, así como entre los propios consumidores. Las redes sociales como estrategia de venta son una realidad dibujada por el Social Commerce a la que cada vez se suman más empresas.